En un hecho inusual, el fiscal federal elogió a Pedro y Margarito Flores, a quienes describió como los narcotraficantes devenidos en informantes más valiosos en la historia de Estados Unidos, y dijo que fueron muy valientes al reunir pruebas contra Joaquín "El Chapo" Guzmán y otros líderes del cártel de Sinaloa.
El tiempo que ya han estado presos servirá para conmutarles parte de la pena. Si, además, muestran buena conducta en la cárcel, los hermanos, que actualmente tienen 33 años, podrían quedar libres en unos seis años.
El juez de distrito Rubén Castillo comparó la sensación de seguridad de los estadounidenses con unas murallas y fustigó a los hermanos por introducir drogas que provocaron violencia y desesperación.
"Ustedes destruyeron esas murallas, las derribaron", dijo.
Castillo dijo que la cooperación de los gemelos fue lo único que les salvó de ser condenados a prisión perpetua.
Pero, agregó, seguirán cumpliendo una especie de sentencia de por vida, ya que vivirán en temor constante por la potencial venganza del cártel al que traicionaron.
Poco antes de que el juez dictara sentencia, cada uno se acercó a un podio para hablar.
"Estoy avergonzado, estoy arrepentido", dijo Margarito Flores. "No hay excusas".
La célula de contrabando de drogas de los hermanos fue tan exitosa que los hermanos, quienes conducían un Maserati y usaban muchas joyas, llevaron a México 1,800 millones de dólares ocultos en bolsas de plástico, según los fiscales.
Su aparición del martes fue la primera en los seis años que han pasado desde que comenzaron a compartir sus secretos.
El fiscal Mike Ferrara pidió una sentencia de unos 10 años y señaló que la cooperación de los hermanos permitió que se formularan cargos contra Guzmán y 50 personas más.
Los hermanos comenzaron a cooperar con las agencias de seguridad en 2008 y tuvieron relaciones con los líderes de los cárteles durante meses; en ocasiones llevaban grabadoras encendidas que escondían en sus bolsillos.
Las medidas de seguridad en el tribunal fueron más estrictas de lo normal y hubo revisiones extraordinarias en las puertas del exterior de la corte, además de que un perro especializado en localizar bombas revisaba el sitio en busca de explosivos. Como medida de protección, no se identificó a los abogados de los hermanos.